domingo, 19 de junio de 2011

Lustau East India Solera Sherry, Un placer a los postres


Siempre se dice que los vinos de la zona de Jerez – Sanlúcar y de Montilla – Moriles son los grandes desconocidos dentro de España, teniendo una calidad extraordinaria. El Fino y la Manzanilla pueden ser excepción pero los Palos Cortados, Amontillados, Olorosos, Rayas y las combinaciones como el Pale-Dry, Old East India, entre otros son casi totalmente desconocidos fuera de Andalucía.

Es más, podríamos asegurar que si estos vinos fueran realizados en Francia o Italia serían reconocidos mundialmente y de una forma mayoritaria (y no como ahora, que se conoce solo dentro de un pequeño grupo de entendidos/admiradores) como de los mejores vinos del mundo y su precio sería como mínimo el doble de lo que tienen hoy. Es el mercado británico, posiblemente, el más entendido del mundo en estos vinos, de hecho nos han comentado que en Londres existen varias vinotecas donde solo se sirven vinos de estas denominaciones de origen. Algo así es impensable en otro lugar, hoy por hoy.

El vino que subimos nos lo ofreció Ange García, el Chef francés (originario de Perpiñán) que lleva la dirección de la cocina de Lavinia. Por cierto, que hemos quedado con él en preparar una bullabesa marsellesa, sin duda una de las estrellas de la cocina provenzal.

El nombre de East India según parece viene del siglo XVI cuando las embarcaciones que cruzaban los mares aprovechaban la mercancía de las barricas de vino dulce de Jerez como lastre y en el transcurso del viaje al cruzar el trópico por el efecto del calor y la humedad maduraba el vino confiriéndole una textura exquisitamente suave.

Lustau East India es el resultado de combinar un vino Oloroso de uva Palomino con Pedro Ximénez, los cuales previamente han sido criados en su propia solera con una horquilla de edad que va desde los 15 a los 50 años. Una vez se ha procedido a realizar el “coupage” es envejecido por espacio de tres años en botas de roble americano y a continuación se embotella (pequeña puntualización para las personas que no conocen el vocabulario bodeguero de esta zona, la bota jerezana es un tonel de 500 litros y un grupo de botas que contengan el mismo vino se le llama solera).

CATA
Bonita presentación en botella de color ámbar oscuro con su nombre en letras blancas escritas directamente sobre el vidrio. 20% de volumen alcohólico. Temperatura de servicio del vino: 13º.

Visual: Color caoba de capa media-alta y reflejo bronce. Densa y abundante lágrima

Nariz: Entrada poderosa, compleja por sus numerosos matices. Hay fruta muy madura, más bien pasificada (higos, uvas, ciruelas), especias (pimienta, curry), café, tofe, tostados y frutos secos.

Boca: Siendo un vino de postre no resulta empalagoso, tiene un ataque dulce elegantísimo, buena acidez, de cuerpo alto y con esa densidad te aterciopela el interior de la boca. Salen de nuevo las notas frutales pasificadas, cacao y los tostados. Su final es muy amplio, goloso y con una interesante conjunción de notas marinas, una mezcla de salinidad y yodo, y de frutos secos.

Un grandísimo vino de postre con una excelente RCP, pues no llega a los 15€. Perfecta combinación para quesos poderosos como el Picón Bejes – Treviso de Cantabria u otros quesos azules como el Stilton inglés, con bizcochos, tartas de chocolate con frutos secos o como digestivo. El perfecto remate para una "buena sentada".

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