lunes, 19 de septiembre de 2011

Berlanga del Duero, tierras castellanas, tierras sorianas (II)






A la salida de Berlanga se encuentra el Rollo Gótico (de finales del s. XV principios del s. XVI), una columna de piedra caliza donde se pueden observar cuatro cabezas de leones, bastante erosionadas por el paso del tiempo. Estos Rollos indicaban el régimen al que estaba sometido la villa ya fuera señorío real, concejil, eclesiástico o monástico. Se cree que fue construido por orden de los Duques de Tovar como símbolo de su jurisdicción sobre la villa. Estos rollos o picotas también servían para exponer al público, como escarnio, los ajusticiados por la autoridad civil.


A menos de 100 metros orientación norte se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad del siglo XVI. Poseía unas imágenes de la Pasión del Redentor que eran utilizadas en las procesiones de Semana Santa. Desgraciadamente, en la invasión francesa de 1808, las tropas de Napoleón las utilizaron como combustible para el fuego de su cocina de campaña. Como curiosidad, la campana tiene grabado la fecha de su fundición, 1616.

La unión por el matrimonio de sus hijos de las dos familias más importantes de la zona, los Tovar y los Duques de Frías dio el máximo esplendor a la Villa. El 10 de abril de 1529, el Emperador Carlos I elevó el señorío a marquesado. Fue el momento de las grandes construcciones urbanísticas, el castillo artillero, el convento, el hospital, la colegiata, el palacio y sus jardines fueron sus obras más representativas.



Del palacio renacentista solo queda la preciosa fachada plateresca, gracias a las tropas napoleónicas que lo arrasaron en enero de 1811. En su interior se encontraba los jardines sobre tres terrazas escalonadas, con estatuas de mármol, fuentes, baños y otras ornamentaciones, todo de estilo renacentista, que lo convirtieron en uno de los más hermosos de toda Europa, y que en la actualidad aun se conservan restos. Para conocer la importancia del palacio podemos decir algunos de sus ilustres huéspedes: Felipe V, la hija del Rey de Francia Enrique II, los hijos del Rey de Francia Francisco I o el Cardenal Mendoza.


Como apunte de los destrozos que los franceses infligieron a esta preciosa Villa, también arrasaron casas señoriales, como las del Marqués de Surco o la de la familia Aparicios, el Palacio de la Choza de los Marqueses de Berlanga y parte de los archivos de la Colegiata.




Sobre el Hospital de San Antonio, construido a mediados del siglo XVI, sus restos no dan la idea de la majestuosidad que en su época tuvo. Su entrada estaba compuesta de elementos hispano-flamencos y con los balsones de sus mecenas. Estaba situado a las afueras de la Villa aunque cerca de la Puerta Aguilera para evitar que las enfermedades pudieran propagarse entre los vecinos aunque también daban asilo a peregrinos y mendigos. De hecho, era un hospital donde se ubicaban a las personas dependiendo del sexo o de su condición (sacerdotes, peregrinos, mendigos o linaje).


Como iglesia del hospital estaba, y aun se conserva en excelente estado, la Ermita de las Torres, construida en el siglo XVII que guarda la imagen de la Virgen de las Torres (s.XVIII) teniendo gran fervor entre los berlangueses. (Desde aquí agradecemos a las tropas napoleónicas que ésta ermita fuera respetada)

No hay comentarios:

Publicar un comentario